Durante décadas los fabricantes de botas de esquí han desarrollado multitud de diseños diferentes en busca de las mejores prestaciones en rigidez, precisión y comodidad.

Muchos diseños han salido al mercado pero básicamente 2 han perdurado, la clásica cuya estructura consta de 2 piezas diferenciadas y las cabrio que constan de 3 partes en su chasis.

La construcción clásica cuenta con un mayor número de adeptos por el momento, ya que sus prestaciones en pista son muy buenas y estéticamente son muy atractivas. Pero esta construcción tiene ciertas desventajas que el chasis cabrio ha solucionado.

Para que una bota sea rigida y se comporte como debe en pistas o descensos exigentes los plásticos deben ser, o bien muy rígidos o bien disponer de un gran espesor lo que hace que en una bota de construcción clásica se complique muchísimo la entrada del pie en la bota, siendo casi imposible sin antes calentar las botas en algunos modelos de competición. Este tipo de plásticos deja un margen muy justo para adaptar las botas (termoformado o modificaciones) a los pies en zonas como los metatarsos (o juanetes) y el empeine.Como se observa en la imagen, las botas cabrio constan de 3 piezas en lugar de 2, siendo la tercera una lengüeta que abarca la parte superior del empeine hasta la espinilla. Gracias a este tercer elemento los fabricantes han conseguido variar de una forma relativamente fácil la dureza de las botas. La carcasa queda abierta por arriba dejando un espacio extra para los empeines altos para evitar pinzamientos en los nervios que pasan por esta misma zona.

Ademas al estar la carcasa abierta nos permite ajustar los ganchos inferiores sin que afecte a la anchura total de la bota que se verá afectado únicamente con el gancho pequeño de la parte frontal. En estructuras clásicas el gancho del empeine constriñe toda la bota.

También es de remarcar el hecho de que meter o sacar el pie en una bota cabrio más que un drama es un placer ya que con la apertura de la carcasa interior en U y con la lengüeta abatible el pie cae por su propio peso hasta el interior.

Lo mejor de todo es que la estructura cabrio aporta todas estas ventajas sin comprometer la resistencia y durabilidad de la bota, por lo que nuestras botas conservarán sus propiedades por más tiempo.

 

Es cierto que la última generación de botas con chasis clásico han mejorado los aspectos de comodidad y entrada del pie en la bota mediante nuevos compuestos más moldeables y blandos en ciertas partes de la bota o incluso con la reducción del grosor del plástico, pero esto suele ser causa de botas rígidas a torsión pero no a flexíón (el famoso FLEX…) e incluso botas que se expanden en exceso al flexionarlas y sobre todo de un envejecimiento prematuro, ya que esas partes desreforzadas no tienen la misma resistencia que el resto de la bota.

En FEEL FIT disponemos de varios modelos de estas botas de esquí cabrio tan confortables, visitanos y te ayudaremos a elegir la mejor bota para ti.

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